Mujeres y mercado del arte. Un desequilibrio de talla mundial

[vc_row][vc_column][vc_column_text]A todos nos gustaría pensar que la obra en sí misma es lo más importante y que define el éxito del artista, pero todos sabemos que no es ese el caso necesariamente. Artistas que han aparecido en escena al mismo tiempo, que se han movido en los mismos círculos, y han conseguido reconocimiento por obras similares, experimentan una recepción muy distinta de su obra en el mercado. 

Geoffrey Parton, director de Malborough Fine Arts.

 

 

Joan Mitchell in her Vétheuil studio, 1983.

Fotografía por Robert Freson, Joan Mitchell Foundation Archives.

© Joan Mitchell Foundation.

Queramos aceptarlo o no, el mercado del arte es uno de los sistemas menos regulados y  más desiguales en cuestiones de género dentro de las estructuras que mueven el mundo del arte, como de la cultura. Solo basta con ver las cifras de la pasada subasta realizada por ArtBo Fin de Semana, llevada a cabo entre el 15 y el 29 de agosto del 2020, en la cual participaron 100 artistas de diversas galerías del país y solo 27 eran artistas mujeres. Las cifras se tornan más vergonzosas cuando se supo que el número de obras vendidas hechas por mujeres era de 6, entre las cuales se encontraban nombres como el de Beatriz González mientras que las tres obras más caras correspondían a los artistas Pedro Ruíz, Wilson Días y Jorge Julián Aristizábal; y sin sorpresa, la obra pequeña más barata en efecto fue la de una mujer, la artista Ana Cantoni.

Y es que, para nadie es un secreto que a menos de que seas una artista consagrada como Beatriz González o Doris Salcedo, la obra de las artistas mujeres se vende un 47% más barato; así lo hizo notar Yolanda Domínguez en un artículo sobre la feria ARCO, la cual pasó de tener un 25% de artistas mujeres, a un 32% en su última versión. “A las galerías no les sale rentable tener obras de mujeres artistas. El porqué de esta diferencia en su cotización no está en la calidad de las obras sino en que nuestra cultura valora por regla general mucho más todo lo generado por hombres. […] Además, este dato es una pescadilla que se muerde la cola: cuantas menos mujeres menos confianza en su trabajo y cuanta menos confianza en su trabajo menos mujeres. La falta de referentes no solo afecta a quienes compran, programan y comisarían, sino también a la autoconfianza de las propias artistas”, resalta Yolanda en su artículo. En el año 2016 la revista ARTnews dio nuevas luces sobre el fenómeno de la desigualdad en el mercado del arte; en las subastas de noviembre de 2015 en Nueva York el 92% de los lotes a la venta eran de artistas masculinos y solo un 8% de mujeres. En 2012, el crítico estadounidense Jerry Saltz, en un artículo titulado: ¿Dónde están las mujeres?, ya advertía que ese mismo porcentaje de inequidad era el que se contabilizaba en las colecciones del MoMA.

Paradójicamente, en las academias de arte más del 70 % del alumnado está representado por estudiantes mujeres; pero a la hora de equilibrar la balanza en el mercado actual, parece que este hecho no posee mucho peso. Menos aún si tenemos presentes los constantes abusos de poder, insinuaciones sexuales y chantajes que ejercen algunos curadores y galeristas que poseen poder en el gremio. Cuenta una anécdota que cuando le preguntaron al prestigioso galerista italoamericano Leo Castelli sobre la ausencia de mujeres representadas en su galería, su respuesta fue fulminante: “Los hombres hacen arte y las mujeres están ocupadas teniendo bebés”. Según un estudio realizado por la Tate Modern, en las capitales del arte como Londres solo uno de cada veinte galeristas se interesa en evaluar las inequidades de género. ¿Se venden peor los trabajos de las mujeres? “Se trata cada vez más de una inversión, de agregar valor”, dice Anke Schmidt reconocida galerista establecida en Colonia, Alemania. “Entonces, por supuesto, la pregunta que surge es cómo evolucionará el valor de mercado de una artista que potencialmente será madre, tendrá menos tiempo y cambiará su forma de trabajar”. Como vemos, el asunto de la maternidad, el trabajo doméstico y las suposiciones sobre la vida cotidiana que se han establecido desde siempre para las mujeres, es una de las salidas (a veces en falso) a la pregunta sobre la inequidad en el mercado.

 

Spider de Louise Bougeois, vendida por 32 millones de dólares en Christie´s.

Fotografía de The Art Newspaper

 

Desmanes de “genio” machista

La figura del gran “genio” que pisa sobre cualquiera que no sea de su género, ha sido caracterizada, aplaudida y alabada en personajes como Pablo Picasso o Auguste Renoir para quien las mujeres podían ser las musas de sus cuadros, pero “una mujer artista es sencillamente ridícula”. En la actualidad, el artista Georg Baselitz uno de los pintores más importantes junto con Gerard Ritcher no ha tenido reparos en señalar para el periódico inglés The Guardian que:

“Las mujeres no pintan muy bien […] El mercado no miente. Incluso a pesar de que en las academias de arte más del 90% de los alumnos son mujeres es un hecho que muy pocas alcanzan el éxito. No tiene que ver con la educación, las oportunidades o con que los propietarios de las galerías sean hombres. Tiene que ver con algo más y no es mi trabajo contestar por qué es así […] Si las mujeres son lo suficientemente ambiciosas para tener éxito, lo pueden lograr. Muchas gracias. Sin embargo, hasta el momento, han fracasado a la hora de demostrar que quieran. Generalmente las mujeres se venden bien. Pero no como pintoras”.

A nivel internacional, de las 100 ventas récords que se conocieron en el 2017, no hay ninguna producida por una mujer. En la lista de venta anual de ese año, encabezada por Da Vinci, Picasso, Basquiat, Warhol, Monet y los chinos Qi Baishi y Daqian Zhang, recién en el puesto 68 y 76 aparecen dos expresionistas abstractas norteamericanas: Joan Mitchell (1925-1992) y Agnes Martin (1912-2004). Por otra parte, los precios de las obras de las artistas latinoamericanas son mucho más modestos y se han registrado solo 143 obras por encima del millón de dólares que corresponden a 27 artistas, entre ellas: Frida Kahlo, Remedios Varo, Leonora Carrington, Lygia Clark, Beatriz Milhazes y Tarsila do Amaral. Y entre las artistas contemporáneas Josefina Robirosa, Martha Boto, Martha Minujin, Aída Carballo, Nicola Constantino, Norah Borges y Gertrudis Chale.

 

 

La obra “Dándole de comer a una mesa” de Leonora Carrington, fechada en 1959, logró un precio.

 de 16 millones de dólares. Fotografía: Sotheby’s

 

Durante la temporada del 2018, la lista de diez obras con el precio más alto sumó los 587 millones de dólares e incluyó nombres como Andy Warhol, Van Gogh, Rothko, Picasso y Modigliani. En el año 2019, varios nombres se repiten en el top ten y solo una mujer, Louise Borgeois, ocupó el décimo lugar con su obra “Spider” de 1997 vendida en Christie´s por 32 millones de dólares.

Sin duda, la falta de compromiso de los agentes culturales sobre la evaluación de las dinámicas comerciales que sesgan el mercado del arte para las artistas mujeres y el machismo deliberado incluso de algunos artistas, refuerza todos los porqués de este desequilibrio. En suma, no es que no existan mujeres artistas valiosas, o que las mujeres estén “impedidas” por asuntos domésticos o de maternidad; el problema sigue siendo de ideología, de la falta de compromiso y de conciencia incluso por parte de las mismas galeristas y marchantes mujeres que adoptan posiciones de poder donde no estiman hacer nada para apoyar a otras mujeres y menos aún para cambiar las cosas.

 

Fuentes:

-Don Thompson, La supermodelo y la caja de Brillo. Editorial Ariel.

-https://blogs.elpais.com/con-arte-y-sonante/2016/01/las-mujeres-sufren-la-inequidad-del-mercado-del-arte.html

– https://www.viniciusargentina.com.ar/2018/06/05/las-mujeres-en-el-mercado-del-arte/

– https://www.dw.com/es/el-mercado-del-arte-tambi%C3%A9n-refleja-la-desigualdad-de-g%C3%A9nero/a-43428889

– https://www.dw.com/es/el-mercado-del-arte-tambi%C3%A9n-refleja-la-desigualdad-de-g%C3%A9nero/a-43428889[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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