W.A.R. (Women Art Revolution) La interminable lucha de la mujer en el arte. I Parte

“La mujer genio no existe y cuando lo hace, es un hombre”

Pablo Picasso

Este texto hace un recorrido por algunas de las luchas que las mujeres han tenido que afrontar para obtener un mínimo de respeto y reconocimiento en mundo del arte, y esto lo haremos de la mano de W.A.R. (Women Art Revolution), un magnífico film de 82 minutos dirigido por Lynn Hershman Leeson que explora la «historia secreta» del arte feminista. «Durante más de cuarenta años, la directora Lynn Hershman Leeson ha recopilado cientos de horas de entrevistas con artistas, historiadoras, curadoras y críticas visionarias que dieron forma a las creencias y valores del Movimiento de Arte Feminista y revelan estrategias no documentadas previamente utilizadas para politizar a las artistas e integrar a las mujeres en estructuras de arte.

!Women Art Revolution elabora la relación del Movimiento de Arte Feminista con los movimientos contra la guerra y los derechos civiles de la década de 1960 y explica cómo los acontecimientos históricos, como la exposición de protesta exclusivamente masculina contra la invasión de Camboya, desencadenaron la primera de muchas acciones feministas contra principales instituciones culturales. La película detalla los principales desarrollos en el arte de las mujeres de la década de 1970, incluidos los primeros programas de educación artística feminista, organizaciones políticas y protestas, espacios de arte alternativo como AIR Gallery y Franklin Furnace en Nueva York y Los Ángeles Women’s Building, publicaciones como Chrysalis and Heresies , y exhibiciones, performances e instalaciones históricas de arte público que cambiaron toda la dirección del arte.

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A finales de los años 60, algunas artistas formaron una verdadera coalición y la llamaron W.A.R. (Women Art Revolution), así como ahora nos tenemos que seguir preguntando ¿Por qué tenemos que luchar por un sitio en la historia? Ellas, a través de sus testimonios, nos darán muchas respuestas:

“Los libros que se leían en aquellos días, fueron escritos en una forma en la que denigraban a las mujeres artistas”

Rachel Rosenthal.

En el año 2006, se realizó el ejercicio de preguntar a las afueras de Whitney Museum tres nombres de mujeres que hubieran sido importantes en la historia del arte, y solo el nombre de Frida Kahlo apareció como respuesta; esto se debió, sobre todo, a la película estrenada en el 2002 protagonizada por Salma Hayek y Alfred Molina que tuvo una popularidad considerable, sin embargo, de no haber sido de esta manera ¿El público no conocía a más artistas mujeres?

En 1968 Estados Unidos aún estaba inmerso en la guerra de Vietnam, sin embargo, otra importante revolución se estaba gestando, la revolución del arte feminista; y una de sus primeras revoluciones fue puesta en escena en el concurso de Miss América, que era un símbolo para las mujeres que no estaban a la altura de las normas artificiales de belleza. Fue entonces en este momento “precario” de la historia, cuando el arte y la política comenzaron a fusionarse.  Judy Cohen Garrowitz se inspiró en Las Panteras Negras (organización política afroamericana fundada en Oakland California en octubre de 1966), cuando se cambió su apellido por Chicago. Ahora la conocemos como Judy Chicago.

Por aquella época, la artista Nancy Spero, que entonces una joven inexperta, decide ir a la galería de Leo Castelli como una manera de demostrarle al mundo y a sí misma que su trabajo era verdaderamente valioso:

“No me dejaron poner mi gran bloc sobre la mesa, el me hizo ponerlo en el suelo, así que, cada vez que yo pasaba una página era como si estuviera haciéndole una genuflexión, me sentí humillada”

Nancy Spero
Nancy Spero

Las mujeres que aspiraban entrar en el mundo del arte, debían trabajar muchísimo más duro que los hombres, y esto era una conducta aceptable en las instituciones, era normal y preferible tener exposiciones de hombres blancos. Pero algo transformador estaba ocurriendo, una voz detrás de otra se convirtió en una revolución. Las primeras obras del arte feminista, elaboradas por Judy Chacago, Martha Rosler, Adrian Piper, Nancy Spero entre otras, se convirtieron en reliquias de la resistencia porque eran muy diferentes a las obras que se estaban exhibiendo en los museos y en las galerías.

El minimalismo era la tendencia que prevalecía en ese momento, todo el espíritu del arte minimalista era paralelo a una noción cada vez más pura del objeto y la imagen. “Cuando se tiene una cultura en un estado de agitación, donde la gente está marchando por los cientos de miles de personas que están en la calles, y la actividad artística principal es el silencio debido a la manera en que se interpreta el arte como un ejercicio intelectual, las cosas no pueden estar muy bien en esa cultura. Las tensiones entre el arte minimalista y los movimiento feminista se expresaron en actuaciones como las de Nancy Buchanan y Barbara T. Smit “Please Sing Alone” donde una representaba al minimalismo y la otra al arte feminista, y donde ambas luchaban por el legitimamiento y la “dominación”

Frame del documental W.A.R
Nancy Spero
Nancy Spero

Por lo tanto, tenía que haber una invención de un nuevo tipo de arte y eso fue exactamente lo que hizo que el feminismo iniciara en el mundo del arte. Para el año de 1970 en protesta a la invasión de Camboya, el artista Robert Morris cerró su exposición en el Whitney Museum, Robert Rauschemberg y Carl André retiraron su trabajo de la Bienal de Venecia y juntos abrieron la Bienal en el Exilio en la ciudad de Nueva York, pero todos los artistas en esa exposición, eran solo hombres blancos y las artistas se dieron cuenta de que ellas tenían que buscar y conformar sus propios espacios, Mary Beth Edelson organizó una muestra que reunía a todas las mujeres artistas cercanas que conocía en ese momento y usó la sala de su casa para las reuniones, organizaron una serie de manifestaciones a las afueras de Whitney Museum todos los sábados, colocaron huevos pintados de negro dentro de las salas como una forma de protestar por el aparente orgullo que tenía el museo al poseer el 50% de artistas que no eran hombres.  Mientras tanto, en el museo del condado de los Ángeles, se planeaba una gran muestra de arte y tecnología; la portada del catálogo tenían un mosaico con 50 rostros de artistas, todos ellos masculinos,

“… Así que fuimos al museo, contamos todas las obras en la pared, y no había una sola mujer allí” comenta Joyce Kozloff, “… Les dio vergüenza y tuvieron que negociar”

   

Frame del documental W.A.R
Judy Chicago en su taller

Judy Chicago comenzó el primer programa de arte feminista en el Fresno State College en 1970. Recuerdo que le pregunté a mis estudiantes cuántas de ellas habían sido violadas, y quedé totalmente conmocionada cuando una cuarta parte o la mitad de ellas levantaron la mano”Las artistas cuentan con pena, que una de las estudiantes estaba hablando las ideas que desarrollarían en el nuevo proyecto de arte feminista, y un hombre salió al escenario y la golpeó, así que descubrieron que era mejor acceder a la materia por medio de la actuación, incluso si no tenía ninguna experiencia actuando. Este fue uno de los nacimientos del performance art.

Judy Chicago y Miriam Shapyro organizaron una gran conferencia en Cal Arts, y durante la charla, se invitó a todas las mujeres artistas para que mostraran, a través de diapositivas, imágenes de sus trabajos. Lo realizaron durante tres días, las mujeres estaban a la espera de ser visibilizadas y escuchadas.

“Después de ver esas diapositivas, después de décadas de haber sentido que para ser un artista había que ser un hombre era como si un velo se hubiera levantado”

Rachel Rosenthal
Reunión de mujeres artistas en Cal Arts en 1973. Fotografía de María Karras.
WOMAN HOUSE fue una instalación original de 1972 de las artistas 
Judy Chicago y 
Miriam Schapiro , 
que realizaron en colaboración con sus estudiantes en CalArts. Programa de Arte Feminista en Los Ángeles.

Así, las mujeres fueron capaces de entrar a la estructura del arte a través de la actuación, y a través del performance, porque éste es un híbrido de todas las disciplinas y es un lugar donde se puede ser muy experimental. Sin embargo, hubo, además del freno institucional, otro obstáculo al que las mujeres debieron enfrentarse: las micro-políticas de poder dentro del estado familiar, es decir, la mujer en el hogar como figura patentada en las sociedades.

Los hombres de ese entonces comenzaron a mostrar hostilidad y a sentir rabia y recelo, muchas mujeres artistas comenzaron a sentir la tención dentro de sus hogares al estar casadas y al mismo tiempo a discutir temas sobre los hombres; así, muchas de ellas, como la artista Rachel Rosenthal, fueron abandonadas por sus esposos porque ellos no podían soportar esta nueva forma de pensamiento y la estructura patriarcal que se estaba quebrantando. Fue maravilloso y al mismo tiempo fue una horrible pesadilla para ellas.

Las mujeres, como artistas, empezaron a entender que la independencia las hacía sumamente vulnerables, pero que al mismo tiempo se volvían más fuertes y poderosas.

“Mis energías profesionales, mis energías personales, mis fuerzas políticas, las integré en la lucha por la liberación de la mujer”

Marlene Raven
Laurie Simmons, 
Casa que camina , 1989.
Miriam Schapiro, Casa de 
muñecas, 1972.
Rachel Whiteread, 
Juego de ajedrez moderno, 2005.

En Estados Unidos, las estadísticas afirman que cada dos minutos una mujer es violada. A través de la concientización, llegaron algunas literaturas feministas como las políticas de las tareas del hogar y lemas filosóficos como “lo personal es lo político”.

“Muchos hombres nos encontraron aterradoras” dice Martha Rosler con una gran sonrisa en su cara; ellas sabían que este movimiento de las “feministas histéricas” (como empezaron a llamarles) era muy mal visto. Eleanor Antin comenzó, por ejemplo, a explorar los roles a través de la identidad, queriendo convertirse en un a “versión masculina” a través de múltiples trabajos; lo personal se convirtió en lo político, y lo muy personal en arte.

Continuará…

LINK al documental: https://lalulula.tv/cine/no-ficcion/women-art-revolution-una-historia-secreta

Director: Lynn Hershman-Leeson Guión: Lynn Hershman-Leeson. Dir. Fotografía: Brad Hoffart, Hiro Narita  Fotografía: Color  Música original: Carrie Brownstein. Productor: Lynn Hershman-Leeson

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